Enseñanzas de Mar Gnok: La vida del Buddha, día 12

13 de septiembre de 2021

 

Entonces el Buddha continuó: <<Debes ser tu propia luz para disipar la oscuridad. Debes ser tu propio protector. Para ello, sosten el Dharma como una lámpara. Sostén el Dharma como protector y guardián. El Dharma es el faro que te muestra el camino. >>

El Karmapa continuó la historia de la vida del Buddha. El príncipe Siddhartha había pasado seis años practicando austeridades, pero a pesar de todas las prácticas ascéticas que había realizado, no había llegado a un estado que trascendiera el mundo. Había soportado dificultades inconcebibles. El punto de inflexión se produjó cuando recordó aquel árbol bajo el que se había sentado de joven; en meditación, sin esfuerzo, había logrando el primer dhyana y experimentado un inconcebible placer corporal y mental. Pensó entonces que esa podría ser la forma de descubrir la verdad de las cosas o de la talidad. Dejo de realizar austeridades y comenzó a comer alimentos “gruesos” como una forma de fortalecer su cuerpo.

Los cinco ascetas que habían estado practicando con el príncipe Siddhartha se sintieron decepcionados. Pensaron que él había caído en el apego a los lujos principescos y se había apartado del camino. Por esta razón se levantarón y partieron a Varanasi.

Así se produjo el siguiente hecho del príncipe Siddhartha. Fue a bañarse en el río Nairanjana para limpiar la suciedad acumulada de su cuerpo, el cual había descuidado durante mucho tiempo, pero casi se desmayó de agotamiento. Sujata, la hija de un pastor, lo vio y comenzó entonces a cuidar de él, ofreciéndole una papilla de leche muy nutritiva. Así, su cuerpo recobró la fuerza. Esta historia esta muy relacionada a la importacia de la relación entre el meditador que practica en las montañas y los patrocinadores que lo apoyan, ambos tienen una relación de interdependia para alcanzar la Budeidad.

 

 

El gran despertar

Siddhartha fue a un bosque cercano y se sentó debajo de un árbol aśvattha o pippala, el cual es un tipo de higo que más tarde se llamó el árbol Bodhi. Hasta ese momento, había estado practicando métodos no budistas de shamatha. Después de que su cuerpo recrobó la fuerza, comenzó a experimentar la percepción profunda y desarrolló la sabiduría discriminatoria o el prajña. Se dio cuenta de que el atman, el yo, no existe por naturaleza y luego, a través del prajña, realizó el estado de la ausencia del yo, y entró en el dhyana que trasciende el mundo. Pudo eliminar todas las aflicciones y alcanzar la Budeidad. Esta fue una situación muy normal, comentó el Karmapa, no hubo una gran ceremonia.

El Karmapa planteó la principal pregunta que los eruditos han estado deliberando en las escrituras: ¿Cuál fue la verdad que el Buddha comprendió cuando se iluminó? ¿Qué sabía él? Algunos dicen que el Buddha vio el significado de las Cuatro Verdades Nobles; otros dicen que se dio cuenta del significado de los 12 vínculos de originación interdependiente; algunos dicen que al pasar por los cuatro dhyanas y los tres tipos de conciencia se dio cuenta de la naturaleza de las cosas. ‘Ya que hablo de historia, no necesito decir mucho ahora al respecto’, Su Santidad dijo.

El lugar donde el Buddha alcanzó la iluminación se llamó más tarde Buddhagayā o la “esencia de la iluminación”. Se construyó una gran estupa y se convirtió en el lugar de peregrinación budista más importante. Las escrituras budistas dan diferentes relatos del tiempo en que el Buddha alcanz0 el despertar. Según las tradiciones del sur y tibetanas, el Buddha logró el despertar en el mes de Vaisakha.

 

 

Girar la Rueda del Dharma

Después de que el Buddha alcanzó la iluminación, se sentó durante siete días en samadhi experimentando la paz perfecta. Luego permanecio sentado bajo otros árboles sintiendo la alegría inconcebible de la liberación y no se levantó durante cinco semanas. Pensó que el Dharma del que se había dado cuenta era muy profundo, incluso si se lo explicaba a los demás, sería difícil de comprender. Su primer pensamiento fue: “No quiero enseñar”.

Había alcanzado el gran logro por sí mismo, pero cuando se levanto de ese sentimiento profundo, tuvo otro pensamiento: beneficiar a los demás, y decidió girar la ‘rueda del Dharma’, de esta manera poniendo en movimiento una rueda que hasta ahora sigue girando.

¿A quién debería enseñarle el Dharma?

Tenía que elegir a las personas adecuadas. Si le enseñaba a alguien que no podía entenderlo, no tendría ningún beneficio. Decidió enseñar primero a sus cinco compañeros ascetas, ya que serían capaces de comprender el significado profundo. Estaban en el Parque de las Gazelas en Sarnath, cerca de Varanasi, y entonces se dispuso a encontrarlos.

Sarnath es el lugar donde el Buddha, el Dharma y la Sangha se reunieron, originalmente. Mucho más tarde, las ruinas de este sitio dejaron un pilar erguido por el rey Ashoka con un capitel de león que se convirtió en el símbolo de la India, despues de la independencia.

El Buddha enseñó el Camino Medio, libre de extremos, y las Cuatro Verdades Nobles. Al recibir estas enseñanzas, los cinco ascetas alcanzaron la comprensión de la verdadera naturaleza y se convirtieron en Arhats.

Sus primeros seguidores laicos o upāsakas fueron Yasa, sus padres, esposa e hijos. Yasa se convirtió en un Arhat, aunque externamente era un cabeza de familia, internamente se le consideraba un bhiksu o monje porque él se dio cuenta de la naturaleza de las cosas. Cincuenta de sus amigos salieron y más tarde todos alcanzaron el estado de Arhat. Así, la sangha creció de forma natural.

 

 

Difundir el Dharma

Luego, el Buddha instó a sus estudiantes a difundir el Dharma, enviándolos en todas direcciones. Desde el principio, señaló el Karmapa, la intención del Buddha fue de difundir el Dharma; no la de buscar impresionar a la gente con su conocimiento superior. Solo enseñó después de encontrar a las personas adecuadas. Este es otro punto crucial, dijo Su Santidad.

Después de dejar Varanasi, regresó al reino de Magadha, uno de los reinos más poderosos de la India. Aquí, una figura religiosa muy conocida en la tradición Brahman, de nombre Uruvela-Kassapa, y sus dos hermanos se convirtieron en sus alumnos; y así la fama del Buddha se extendió por Magadha. En Rajgir, la capital de Magadha, el rey Bimbisara tomo refugio y se convirtió en uno de los importantes estudiantes laicos del Buddha. El rey Bimbisara fue el patrón de la sangha y les ofreció el Bosque de Bambú como residencia para que el Buddha y la sangha. El Bosque de Bambú  se convirtió en la primera residencia de la sangha, un centro del budismo donde todas las clases sociales iban a tomar refugio. Los tres estudiantes principales del Buddha —Shariputra, quien tenía el mayor prajña; Maudgalyayana, quien tenía los mayores poderes; y, Maha Kashyapa, quien se convirtió en regente de las enseñanzas— lo acompañarón desde ese momento. Maha Kashyapa, en particular, llegaria a desempeñar un gran papel en la recopilación de las enseñanzas más tarde.

En Kosali, el Buddha se encontró con un comerciante rico llamado Athapindada, cuy mismo nombre indica sus actos. Significa “dar de comer a los indefensos”, incluidos los huérfanos. Anathapindada se había encontrado con el Buddha en el Bosque de Bambú en Rajgir y tomó refugio, y le pidió al Buddha que fuera a Sravasti. El Buddha aceptó su invitación.

En Sravasti se encontraron en la Arboleda de Jetavana que pertenecía al Príncipe Jeta. Anathapindada le pidió al príncipe que le vendiera la Arboleda de Jetavana para la sangha. El príncipe se negó rotundamente, pero después de regatear durante algún tiempo, dijo en tono de broma: “Sólo si lo cubres con oro”. Al final, Anathapindada cubrió toda la tierra de oro y en tres meses construyó un monasterio de madera muy simple. Fue aquí donde el Buddha permaneció más tiempo y enseñó el Dharma. Más tarde, el rey Prasenajit de Shravasti tomo refugio, animado por su reina Mallikā.

 

 

Regresar a Kapilavastu

El rey Shuddodhana, al enterarse de los hechos del Buddha, anhelaba encontrarse con su hijo una vez más. El Buddha complació a su padre y regresó a su tierra natal en Kapilavastu. Allí se reunió con su esposa y su hijo pequeño Rahula, quien tomó los votos de novicio. Yashodhara también se hizo una monastica y se convirtió en estudiante del Buddha. Rahula también lo haría en años posteriores.

Muchos de los jóvenes Shakya, entre ellos Devadatta, el primo del Buddha, Ānanda, y su medio hermano menor, Nanda, querían ser monjes. Los Shakyas pertenecían a la casta Kshatriya, pero también había un barbero de casta inferior, Upāli, que, según el sistema de castas existente, no tenía derecho a practicar el dharma. Tampoco se le permitió a los de la casta sudra recitar textos védicos. Si lo hacían, les cortaban la lengua.

Debemos tomar mucha nota de esto, dijo el Karmapa, porque el Buddha tuvo la misma bondad amorosa y compasión para todos.

Upali fue el barbero con quien los jóvenes Shakya se afeitaban la cabeza antes de ser monjes. Un día mientras le afeitaba la cabeza del príncipe Bhadrika, Upali comenzó a llorar. Estaba triste porque no volvería a ver al príncipe Bhadrika. El príncipe dijo: “No te preocupes, te daremos nuestras joyas y adornos. Nos aseguraremos de que tengas una buena vida “. A Upali le preocupaba que recibir esos regalos le disgustaría al rey Shudodhana y hasta pudiera castigarlo. Upali también deseaba salir de su entorno y convertirse en un monastico, así que dejó las joyas junto a un árbol y se derrumbó en lágrimas una vez más sabiendo que no tenía derecho a salir.

En ese momento, Shariputra lo vio y le preguntó por qué lloraba. Upali le contó toda la historia y finalmente le pidió que le preguntara al Buddha: “¿A alguien como yo de la casta Sudra se le permite salir?” Inmediatamente Shariputra respondió: “En el Buddhadharma no hay distinción de casta o clan, alguna. Sea quien sea, puede seguir adelante. Ven conmigo.” Upali estaba encantado y fue a tomar refugio al Buddha. Más tarde se convirtió en el de mayor conocimiento del Vinaya, de modo que cuando se recopilaron las palabras del Buddha él fue de gran ayuda.

El Karmapa comentó que el Buddha puso boca abajo el sistema de castas. Les dio a todos el derecho a practicar el Dharma. No había distinción entre castas. Esto muestra la igual bondad amorosa y compasión del Buddha para con todos.

 

 

La posición de la mujer

Prajapati, que había criado al Buddha después de que su madre fallecio en el parto, también quería salir de su entorno y convertirse en una monja. Por ello, fue con muchas mujeres Shakya a ver al Buddha. El Buddha no le dio permiso durante mucho tiempo, aunque ella hizo múltiples solicitudes. Sólo a través de la influencia de Ananda se le permitió finalmente entrar como bhiksuni. Este fue el origen de las mujeres monásticas. El Buddha hizo que las monjas aceptaran los “Ocho Dharmas de Peso”, un conjunto de reglas estrictas para evitar cualquier problema en las relaciones entre los monjes y las monjas.

Muchas monjas sería sus mejores estudiantes. Por ejemplo, Kshema y Dhammadinna tenían una gran inteligencia o prajña; Uppalavaṇṇā era un siddha que poseía poderes milagrosos; Kisāgotamī fue suprema en su comprensión de la naturaleza de la mente. Estas fuentes son de la tradición budista del sur, dijo Su Santidad.

Entre los laicos, Citta tenía la mayor comprensión del significado del Dharma. Ugga de Vaishali y Mahanaman de la tribu Shakya eran bien conocidos como los más grandes mecenas.

Nadie fue rechazado por casta, faltas kármicas o discapacidades. Algunos ejemplos de los estudiantes famosos de Buddha incluyen al más grande de los malhechores, Angulimala, un notorio asesino en masa que había matado a 999 personas e hizo un collar con sus dedos. Angulimala se convirtió en un Arhat. No importa qué tan bajo o vil fuera la persona, él o ella podría convertirse en una persona superior. Entre los 16 Arhats se encuentra Cullapanthaka, quien no pudo memorizar ni una sola línea de verso, pero se dio cuenta de la naturaleza profunda a través de las enseñanzas y la guía del Buddha.

Incluso personas de los lugares más lejanos de la India vinieron a ver al Buddha. En el Suttanipāta Sutra hay un capítulo llamado Pārāyanavagga, el Vehículo Trascendente. Explica cómo un brahman llamado Bāvarin en las regiones de Deccan del sur de la India llevó a 66 de sus estudiantes a recibir enseñanzas. Entre los 66 estudiantes había dos niños Brahman, Ajita y Tissa-Metteyya, quienes algunos eruditos dicen que es Maitreya del Vehiculo Mahayana.

Cuando el Buddha pasó al nirvana, era como el sol al mediodía. Nadie pudo detener la propagación del budismo. Ni brahmanes, dioses ni demonios.

 

 

Cismas en la Sangha

Pero donde florecen los dioses entran los demonios. El evento más importante en la última mitad de la vida del Buddha fue el cisma en la sangha causado por Devadatta.

Así sucedió. Ajatashatru, el hijo del rey Bimbisara, mató a su padre y se convirtió en rey de Magadha. Luego se refugió en Devadatta, el primo de Buddha, lo que hizo famoso a Devadatta. La intención de Devadatta era tomar el control de la sangha del Buddha. Primero le pidió al Buddha que le permitiera hacerse cargo. El Buddha no tenía la intención de permitir que esto sucediera. Devadatta luego se enfureció y puso a un elefante borracho enloquecido en el camino donde andaba el Buddha para matar al Buddha. No funcionó, por lo que recurrió a arrojar rocas desde la cima de una montaña. Casi mató al Buddha, pero al final, solo hirió el pie del Buddha. Él inventó sus propios cinco preceptos, engañando a algunos monjes jóvenes al hacer que sus reglas fueran más atractivas. Entre ellos estaba el no comer carne. Sus cinco preceptos dividieron la sangha en dos grupos.

Otro evento desafortunado fue la masacre de los Shakyas por Virudhaka, el malvado hijo del rey de Kosalan, Prasenaji. Este rey más tarde fue obligado a salir en exilio por su hijo, Virudhaka quien se hizo rey. El rey exiliado murió por comer un rábano envenenado. Dado que los Shakyas habían ridiculizado a Virudhaka en el pasado y lo golpearon en una disputa, tan pronto como Virudhaka se convirtió en rey, buscó venganza y los mató a todos.

 

 

 

Pasar al Nirvana

El Buddha pasó de Rajgir, cruzando el Ganges, a Vaishali. En el camino, pasó por muchos pueblos y llegó a la ciudad de Gandarhva Nagara, donde un herrero llamado Chunda le ofreció comida envenenada. Vomitó sangre y tuvo diarrea. Algunos dicen que la comida era cerdo y otros dicen que eran hongos. Un erudito japonés ha dicho que la reacción se debio a una úlcera en el estómago. A pesar de esta enfermedad, continuó hacia Kushinagara.

Fue el lugar que eligió para morir, sabiendo que la gente allí era fuerte e independiente. Independientemente de su condición, continuó ayudando a los seres hasta su último aliento. Limpió a Chunda de toda culpa por servirle comida envenenada. Él era inocente, dijo el Buddha, y predijo que se haría rico.

La noche antes de pasar al Nirvana, un hombre llamado Subhadra vino a hacerle algunas preguntas difíciles. Ananda pensó que no sería correcto enviarlo a ver al Buddha en sus últimos momentos. Pero el Buddha escuchó la conversación y le permitió a Subhadra una audiencia. La pregunta de Subhadra era importante. “Todo el mundo dice que su religión es la correcta. Entonces, ¿cómo sé quién es un gran ser? ” El Buddha respondió: “Quien practica los factores de un buen camino es un ser noble. Quien no lo hace no es un ser noble “.

El Karmapa agregó: “Esta es una respuesta profunda. Si quieres saber quién es bueno mira lo que practican. ¿Mira lo que está moviendo su mente? ¡Esa es la suma total!” Subhadra se convirtió en el último alumno del Buddha.

Según el Mahaparinirvana Sutra, el Buddha enseñó el Dharma la noche anterior a su fallecimiento. Dio muchas instrucciones sobre lo que debería hacer la sangha. Les preguntó: “¿Hay algo más que esperen de mí? He enseñado el Dharma claramente por fuera y claramente por dentro. He enseñado todo lo que he conocido sin ocultar nada. Entre el Dharma del Tathagata, no hay ningún Dharma que les haya ocultado a mis estudiantes. En el futuro, el líder de la sangha es la sangha misma. Incluso yo, el Maestro, el Buddha, no soy el líder de la Sangha ”, dijo. Por lo tanto, la sangha debe gobernarse a sí misma.

No permitió que se nombrara a un líder en particular. Aunque hubo una sucesión de ancianos, esto se debe principalmente a quiénes defendieron el linaje del verdadero Dharma. Sin embargo, no significa que fueran los líderes de la sangha.

Entonces el Buddha continuó: “Debes ser tu propia luz para disipar la oscuridad. Debes ser tu propio protector. Para hacerlo, sosten al Dharma como una lámpara. Sostén el Dharma como protector y guardián. El Dharma es el faro que te muestra el camino “.

Les dijo a sus alumnos que no tenían que preocuparse por qué hacer con las reliquias de su cuerpo. Hizo hincapié en que los monjes deben esforzarse por alcanzar el verdadero propósito. Dijo: “No tienes que preocuparte de no tener un maestro después de mi muerte. El dharma y el Vinaya que he enseñado será el maestro que muestre el camino “.

El Karmapa agregó un ejemplo de la vida de Gampopa, quien predijo que después de que él pasara al nirvana, la gente pensaría: “Si tan solo pudiera haber conocido a Gampopa”. Gampopa advirtió que “leer el Ornamento de la Joya de la Liberación es como conocerme. Aunque me conozcas en persona, no hay nada mejor ”.

Es muy importante recordar esto, comentó el Karmapa. Apilamos los textos como ladrillos y rocas, sin siquiera abrirlos. Es como meterlos en una cárcel. Este es un muro de Dharma, decimos. Lleva allí 300 o 500 años acumulando polvo. Necesitamos abrirlos, no dejar que acumulen polvo.

Al final, el Buddha dijo tres veces a todos los reunidos: “¿Tienen más preguntas? ¿Alguna duda? Dime”.  Pero todos se quedaron en silencio y tan tristes que ni una palabra pudo salir de sus bocas. “Estas son las últimas palabras del Buddha”, dijo. “Todos los compuestos son impermanentes. Se cuidadoso y consciente. Practica con un solo punto “. Inmediatamente entró en samadhi pasando al nirvana, bajo de un gran árbol Śāla.

En este punto, Su Santidad el Karmapa se quedó en silencio durante unos 60 segundos. Estaba tan conmovido por estas palabras que lloró abiertamente.

El Buddha falleció a la edad de 80 años. Las personas que cuidaron de sus restos fueron los Mallās de Kushinagara. Ofrecieron flores y esencias y, finalmente, incineraron sus restos. Las reliquias se repartieron entre ocho tribus diferentes: los Bulis de Allakappa; los Koliyas de Ramagrama; los brahmanes de Vethadipa; las Mallas de Pava; las Mallas de Kushinagar; Ajatasattu, rey de Magadha; los Sakyas de Kapilavastu; y el Licchavis de Vaishali. Aquellos que recibieron un jarrón con reliquias construyeron una estupa en sus propias tierras, al igual que aquellos que recibieron las últimas cenizas.

En 1898, los arqueólogos que excavaban las ruinas de los Shakyas en Piprāhawa encontraron un jarrón que contenía huesos. En él había una inscripción del emperador Ashoka y una incluso anterior que decía: “Estos son los restos de Shakyamuni para que los Shakyas le hagan ofrendas”. Por lo tanto, es definitivo que eran las reliquias de Buddha.

Más tarde, las reliquias fueron entregadas al rey de Tailandia y al templo Kakuōzan Nittai-ji en Japón. El jarrón en el que estaban las reliquias fue entregado a un museo en Calcuta. Por lo tanto, la historia de las reliquias divididas en ocho tribus debe haber sido un evento histórico real porque encontraron el jarrón entregado a los Shakyas. Fueron las reliquias colocadas en las estupas, las que las hicieron sagradas. De ahí surgió la tradición de hacer ofrendas a las estupas.

Karmapa agregó: “Tenemos que tomar las vidas de los maestros como grandes ejemplos y practicar como ellos. Tenemos que esforzarnos por hacer tales acciones nosotros mismos. Solo entonces tienen sentido las historias de sus vidas. Tenemos que considerar la intención. Tenemos que entender que la intención original del Buddha era enseñar a otros, difundir el Dharma por compasión, no pmostrar su logro a otros. Solo hizo eso después de pensar muy profundamente. Si lo mezclamos con otras tradiciones y costumbres, entonces nos estamos engañando a nosotros mismos. Este es otro punto importante a tener en cuenta.

“En nuestra tradición, muy pocos de nosotros conocemos realmente la vida del Buddha. Es un poco vergonzoso decir que somos seguidores del Buddha “.