La historia de liberación de Mikyö Dorje: enseñanzas del décimo día, Arya Kshema

27 de febrero del 2021

 

Su Santidad comienza brindando una cálida bienvenida y recordando la importancia de mantener la cautela con la pandemia. 

Continúa narrando los viajes de Deshin Shekpa a China.

Cuando el Emperador Ming Yongle invitó a Deshin Shekpa a China, se dice en los textos que vino de Utzan (o Tíbet central), pues después de la Dinastía Ming así le llamaban al Tíbet. Como durante su visita realizó una ceremonia en nombre de los padres fallecidos del Emperador, éste tuvo que hacer grandes obras de servicio, pues en la cultura china es una forma muy importante de beneficiar a los padres. 

El Emperador Yongle discutió con Deshin Shekpa las estrategias políticas que debían tomar para Tibet y esperaba que él asumiera la responsabilidad y el poder político. Sin embargo, Deshin Shekpa no tenía ningún interés, incluso expresó al Emperador que, si pensaba actuar como los ejércitos mongoles, ocasionaría grandes disturbios en Tíbet. Así mismo, le explicó que la presencia de muchos linajes de Dharma era muy beneficiosa, pues ayudaba a cumplir los deseos de las personas; le pidió que les diera a los líderes religiosos y seculares rangos y títulos que mostraran reconocimiento. Y el Emperador lo hizo. 

Las sugerencia de Deshin Shekpa tuvieron efecto. Se liberaron varios prisioneros importantes de las cárceles. Este ejemplo de liberación es similar a una predicción del previo Karmapa Rigpe Dorje: si un bhikku puro fallecía en esa montaña y su cuerpo fuera cremado allí no habra conflictos o guerra entre el Tíbet y China, y así fue como falleció Deshin Shekpa y gracias a esa conexión el siguiente Karmapa pudo ir a India y prevenir guerras entre China y Tíbet. La predicción también decía que la encarnación posterior de Rigpe Dorje podría proteger a muchos seres de peligro y establecerlos en la felicidad. Él sabía esto y por ello iba a tomar un renacimiento de manera intencional. 

Cuando Deshin Shekpa regresó al Tíbet muchas personas fueron a darle la bienvenida. El Rey de Dharma, el maestro Tsonkapa le mandó una carta que decía “Para que el Buddhadharma florezca, la persona que debe tomar responsabilidades, no hay nadie como el Karmapa Deshin Shekpa lo ha hecho, así que continúa haciéndolo”, y le mandó una estatua del Buddha Shakiamuni sentado en la posición del Maestro Maitreya.

Se escribieron cartas que decían que Deshin Shekpa era como el Buddha que había regresado a este mundo. Durante su estancia en China, no sólo dio enseñanzas a funcionarios, sino que recibió a muchas personas que viajaban de diferentes lugares, por ello siempre lo acompañaban cuatro o cinco traductores a distintas lenguas.  

En la Biblioteca Nacional china hay un texto que se llama Los Nombres e imágenes y Mantras de nombres de los Buddhas y Bodhisattvas. Está escrito principalmente en chino y contiene algunos textos en otros alfabetos como el newari, tibetano, mongol. Fue impreso en 1431. En el texto en tibetano, se nombra al Karmapa como el Rey Precioso del Dharma. Es una fuente importante para conocer cómo el budismo tibetano se difundió en las tierras chinas. 

Hay un texto similar que viene de la Dinastía Ming que narra cómo cuando Deshin Shekpa realizó ceremonias en el templo, se dieron signos de buenos auspicios. Una de las personas que acudió a ver al Emperador en los servicios para sus padres fallecidos fue un doctor de nombre Juhuan y escribió una canción que se llamó Los signos de buenos auspicios en el espacio. El Emperador también compuso melodías de Dharma que tras recitarlas en el palacio se grababan en un libro y se distribuían ampliamente. Llegó a edificar muchos monasterios dentro y fuera de la ciudad, difundiendo también las melodías de Dharma.

Deshin Shekpa se fue a la montaña de Wutai Shang y permaneció allá, donde probablemente fue el primer templo budista, por lo que es considerada uno de los cuatro lugares más sagrados. Estuvo dos años completos en China y su influencia fue muy poderosa; sus estudiantes permanecieron ahí y continuaron su obra. 

Palden Tashi, traductor del chino al tibetano de la Dinastía Ming estuvo con Deshin Shakpa en Naiyin y regresó a Tíbet. Recibió muchas instrucciones sobre los seis Dharmas e introdujo a muchas personas y ministros al Dharma. Tuvo una vida larga y el emperador le otorgó el título y rango de shishen buddha. 

Uno de los estudiantes más famosos en China fue el Eunuco Shukon, en quien el Emperador tenía mucha confianza. Fue una de las primeras personas que cruzó el océano al occidente y exploró muchos lugares, haciéndose muy famoso, y tenía gran fe en el budismo. A donde iba, podía llegar sin impedimentos y siempre pensó que era gracias a los buddhas, y regresaba a China llevando grandes riquezas. Se esforzaba por imprimir textos budistas, entre ellos “Las palabras de los Buddhas”, que cuando se lo llevó al Emperador justamente se encontraba ahí Deshin Shekpa, por lo que ese encuentro generó la conexión entre ellos.  

Deshin Shekpa tuvo una gran influencia en la difusión del budismo tibetano entre las personas del pueblo chino y cuando regresó a Tíbet llevó muchos artículos de la China, tales como el sello de jade, vasos de karma y muchos objetos que hoy en día se venden en grandes cantidades de dinero por los negociantes de antigüedades.

Mikjö Dorje fue invitado a China por el Emperador Zhengde Zhu Houzhao (1491-1521). El previo Karmapa había dicho que, en su vida próxima, serían necesarios dos Karmapas para generar mayor beneficio con las enseñanzas. Se dijo que este Emperador era una emanación del Karmapa. El día que nació Mikjö Dorje, el Emperador hizo su ascenso al trono, y se autonombró La Gloriosa Joya. Se ponía las prendas de un lama tibetano, y se puso la corona negra diciendo “Yo soy el Karmapa”.

Cuando el Emperador supo de la existencia de Mikjö Dorje, dijo “En occidente hay un Nirmanakaya de Amitabha y ha venido por mi bien, hay qué invitarlo a la China”. Así, envió a un gran ministro acompañado de eunucos, generales y miles de soldados, llevando ofrendas inmensas. Se dice que fueron más de 70 mil personas a entregar la invitación y que se utilizaron todos los tesoros del Emperador.

El ministro que llevó la invitación a Mikjö Dorje tenía poca fe en él, y como la encomienda que le habían asignado era tan importante, pensó que, si el Karmapa no aceptaba la invitación, tendría que secuestrarlo y llevarlo a la fuerza. Por tanto, su intención no era pura. 

El contingente montó su campamento. Sólo algunos fueron con el Karmapa. Sin embargo, Mikjö Dorje no aceptó la invitación, aunque fuera el propio ministro a entregársela, ofreciéndole una khata y otros artículos, y aunque al día siguiente recibiera grandes ofrendas de la reina, príncipes y demás ministros. Pero Mikjö Dorje vio señales de que los augurios no eran buenos y tuvo una visión de Avalokiteshvara diciendo que el Emperador moriría pronto. Por tanto, no aceptó ir a China, reconociendo además que era apenas un adolescente de 14 años, sin las cualidades para ser el maestro de un Emperador.

Pero el Ministro no aceptaba esta negativa. Habló con el Secretario General del Karmapa, ofreciéndole un cargo importante si era capaz de llevarlo a China. Sin embargo, Mikjö Dorje no tenía intención de ir. El ministro no entregaría las ofrendas hasta que el Karmapa aceptara.

Tal situación se tornó muy compleja, tanto, que los grandes Lamas que se encontraban en el campamento del Karmapa se reunieron a discutir el tema. Creyeron que debían decir al ministro que el Karmapa sí iría, algún día, en el futuro, y que por respeto aceptaría las ofrendas, para evitar disturbios, pues la gente de Tíbet ya esperaba recibirlas. Incluso le ofrecerían una carta al ministro para que el Emperador no lo castigara al volver a China. Pero el Karmapa no aceptó, insistió en que los presagios no eran buenos para ir, pero prometía ir más tarde para que no fueran castigados. 

El Ministro no aceptó esta respuesta, fingió estar enojado y se fue con su gente a un lugar cercano llevándose también las ofrendas, y amenazando, además, con destruir las nueve regiones del Tíbet. Su plan era reunirse con el Secretario General, con quien había creado cierta confianza y mantenía su ofrecimiento de un buen cargo a cambio de ayudarlo a secuestrar al Karmapa. Los lamas escucharon esto y fueron por el Karmapa para llevarlo a un lugar seguro en el Tíbet Central.

El ministro y sus acompañantes sufrieron varios ataques de asaltantes, quienes mataron a muchos soldados, de manera que finalmente no quedó nada de las ofrendas y el resto de soldados huyó. El ministro logró escapar, pero quería evitar que el Emperador se enterara para no ser ejecutado. Finalmente pudo regresar a China, y el Emperador había fallecido, pero el nuevo Emperador supo lo que pasó y estuvo a punto de ejecutarlo, sin embargo, solo lo degradaron y se convirtió en un jardinero. Por su parte, el Secretario General también perdió todos sus bienes y cuando regresó al campamento del Kompo dio todo lo que tenía porque sabía que no había actuado correctamente.

Se supo que en China ocurrieron después muchos desastres y se pensó que se debía a que no pudieron hacer las ofrendas al Karmapa, por lo que no estaba complacido, incluso otros lo culparon y criticaron por no haber llegado a China. Pero él no tenía apego a las posesiones o a un buen nombre y hacía lo consideraba correcto, no sólo porque alguien diera ofrendas, accedería a hacer algo que no consideraba oportuno. Finalmente, el no haber ido a China fue algo positivo, pues de cualquier manera el Emperador ya había fallecido, pero eso se reconoció más tarde. Suele pasar que cuando miramos la vida de grandes maestros no entendemos sus acciones sino hasta mucho después, quizá 100 o 200 años más tarde, pues estamos velados por la ignorancia.