La historia de liberación de Mikyö Dorje, enseñanzas del octavo día, Arya Kshema
25 de febrero del 2021
En el octavo día de enseñanzas, el Karmapa comenzó mostrando una lámina con las fechas de nacimiento y muerte de los cuatro maestros principales de Mikyö Dorje.
Karma Trinleypa
El Karmapa continuó con el relato de la forma en que Mikyö Dorje siguió a Karma Trinleypa como su Guru.
A partir de que Mikyö Dorje tomó la ordenación completa, Karma Trinleypa comenzó a darle numerosas enseñanzas. Las sesiones de estudio continuaban de la mañana hasta la noche y aún durante la pausa del almuerzo. Karma Trinleypa transmitió a Mikyö Dorje todo el Dharma profundo que, a él, a su vez, le había sido transmitido por el séptimo Karmapa: enseñanzas sobre el Prajnaparamita, Abidharma, sutras, tantras y distintos textos filosóficos y de lógica budista, así como sobre el Vinaya.
Mikyö Dorje quería más de las tres sesiones de estudio que tenían diariamente, pero Karma Trinleypa no estaba de acuerdo en aumentarlas, pues pensaba que el joven Karmapa no podría retener lo que le enseñara. Pronto comprendió, sin embargo, que Mikyö Dorje entendía todo con tan solo escucharlo y que podrían avanzar muy rápido. Este periodo de estudios intensos, que duró tres años, concluyó en 1529.
Deberíamos de tomar como ejemplo la forma en que ellos se comportaron y estudiaron.
Mikyö Dorje tenía intenciones de estudiar muchos temas – le interesaba, particularmente, el tantra de Kalachakra– con maestros auténticos de las diversas tradiciones, pero, al parecer, no llegó a encontrarlos. Algunos no le parecieron suficientemente calificados y otros no acudieron a su invitación.
Similitudes
Haciendo un paralelismo con su propia situación, el Karmapa contó que, cuando él era muy joven solicitó al gobierno chino que invitaran a los maestros de corazón del XVI Karmapa, Gyaltsab Rinpoche y Tai Situ Rinpoche, para que pudiera estudiar con ellos, pero esto no ocurrió. Cuando él llegó a la India, pudo estudiar algunos textos con ellos, así como con Trangu Ripoche, Bokar Vajradhara y otros grandes maestros. Consideró incluso, ingresar a alguno de los grandes colegios monásticos Gelugpas, como Sera o Drepung, para estudiar los grandes tratados, pero le preocupó lo que pudieran pensar los seguidores del linaje Kagyu.
Mikyö Dorje también tenía mucho deseo de estudiar los tratados filosóficos de manera formal, pero no logró hacerlo. Sin embargo, le regalaron muchos textos, que él estudiaba ávidamente y memorizaba y, cuando tenía oportunidad, preguntaba sus dudas a quienes tuvieran algún conocimiento sobre ellos.
En resumen, Mikyö Dorje tenía gran amor y sentía gran reverencia por las enseñanzas, y gran aprecio por los maestros, a los que trataba con gran respeto, y es por eso que fue capaz de enfrentar grandes obstáculos, para lograr estudiar las enseñanzas del Dharma. Cuando estudiaba, escuchaba, contemplaba y meditaba, y eso es lo que nosotros debemos hacer también. Debemos de seguir el ejemplo de Mikyö Dorje.
En la segunda parte de la enseñanza, el Karmapa habló sobre el cuarto verso del texto de Las acciones virtuosas:
Cuando supe que las distracciones mundanas no son más
que el método para desperdiciar nuestra vida,
desde lo más profundo del corazón,
abandoné toda distracción ordinaria,
obtuve presencia mental clara y gané convicción en el refugio.
Pienso en esta como una de mis acciones virtuosas.
Para explicar el significado de este verso, el Karmapa citó un pasaje del texto llamado “Las historias de liberación de Mikyö Dorje”, en donde se explica que uno debe seguir al Guru, sin estar separado de él, hasta alcanzar la budeidad. Explicó que para seguir a ese maestro espiritual y al Dharma, necesitamos estar libres de obstáculos y tener las condiciones adecuadas para hacerlo: mérito y un precioso renacimiento humano.
Los principales obstáculos que enfrentamos son los kleshas, emociones perturbadoras como el odio y la avaricia, que nos llevan al apego y la aversión. Estas nos llevan a distracciones mundanas, que no tienen significado y de las que debemos separarnos. Si logramos que estas emociones se apacigüen, tendremos una mente más clara y flexible y podremos seguir un camino virtuoso.
Mikyö Dorje mismo, durante su vida, nunca fue engañado por las cosas externas. A pesar de que, en su tiempo, la escuela Kagyu era muy poderosa, a él no le interesaba hacer nada para engrandecer su poder e influencia.
Finalmente, el Karmapa contó la historia de cuando Mu Ding, el XII rey del reino de Yan – un pequeño reino que estaba entre China y Tíbet– invitó a Mikyö Dorje a visitarlo en su palacio. Aunque no logró convencer a Mikyö Dorje de que se quedara en Yan, desarrolló una fe muy grande en el Dharma y en las enseñanzas Kagyu, en particular. Con el paso del tiempo, los reyes de Yan serían importantes protectores de los Karmapas.