Los cuatro Dharmas de Gampopa: Instrucciones médulas completas, octavo día

4 de enero 2021

En estas enseñanza, el Karmapa explicó la importancia del deseo de obtener el estado de liberación y alcanzarlo a travez de una mente altruista. Si no poseemos un deseo estable de emancipación, entonces cuánto se hace —tomar votos, practicar la virtud, o escuchar, contemplar y meditar— no se convierte en un método para lograr la iluminación, ni se convierte en el dharma. Por lo contrario aún si le das un poco de comida a un ser, y esto está imbuido con la bodhichita, ello se convierte en la causa para alcanzar la budeidad.

Aunque cada uno de los tres vehículos contiene una forma de explicar el camino, respecto a la gran iluminación hay dos aspectos: la forma en que se convierte en el camino provisional, y la forma en que se convierte en el camino definitivo hacia la budeidad.  

El Señor Gampopa enfatiza la enseñanza transmitida en el Sutra del Loto Blanco y los sutras mahayana, que indican que en última instancia, solo hay un camino. Si la bondad amorosa, la compasión y la bodhichita no se arraigan en nuestro ser, incluso si el dharma se convierte en un antídoto para las aflicciones mentales y adiestra nuestra mente ordinaria, no se convertirá en el camino del mahayana.  

Debemos hacer todo lo posible para que la bondad amorosa, la compasión y la bodhichita echen raíces dentro de nosotros. Que se convierta en el camino se reduce a si has despertado o no la resolución mahayana de la bodichita o la mente altruista. Poseer una gran compasión debe despertarse por medio de la bondad amorosa, entrenando para ello nuestra mente por etapas. 

Generalmente cuando hablamos del amor bondadoso y la compasión, pensamos que esto es desear el bien a los demás, y que estén libres del sufrimiento, pero la visión mahayana va más allá de la mera comprensión de las palabras, llega a una comprensión mucho más amplia y profunda de su significado. 

 

¿Cuál es nuestro modo de percepción?

El amor bondadoso y la compasión están conectados con la manera en la que nos percibimos a nosotros mismos y percibimos a los demás. De una manera sencilla, sentimos una simpatía por los demás, esto es a mirar de una manera externa el sufrimiento que enfrentan. A medida que esto se fortalece, se convierte en la intención de compartir sus alegrías y tristezas, de empatizar. Y esto en el anhelo de ponernos en su posición. Pero la bondad amorosa y la compasión van más allá de tener empatía, o de traer el sufrimiento de los demás a nuestra experiencia, existe una comprensión mucho más profunda, no verlos como sentimientos, formas de pensar o actitudes solamente, sino como prajna. Reconocer los puntos esenciales se convierte entonces en la conducta y la práctica.

Lo que tenemos que entender es que nosotros y los demás somos iguales e inseparables, que hemos proyectado nombres y etiquetas, pero esto no es parte de nuestra naturaleza sino algo aprendido.

No existe evidencia incontrovertible de que seamos entidades diferentes, no relacionadas o independientes, es solo una proyección del pensamiento a nivel conceptual. Pero estamos tan acostumbrados a pensarlo así, que ni siquiera lo dudamos. Tenemos huellas dualistas profundamente arraigadas.

Por la manera en que se formó nuestro cuerpo físico, tenemos una gran capacidad de disfrute sensorial, pero esto también impide acceder a la plena capacidad de la conciencia. Cuando morimos, el soporte es un cuerpo sutil o cuerpo mental, que no obstruye la capacidad de la conciencia, no tenemos ninguna obstrucción corporal, por ello en el bardo, o en el estado intermedio, es más fácil reconocer la naturaleza de nuestra mente.

En la perspectiva mahayana sobre la bondad amorosa y la compasión, no pensamos de los demás como ‘otros’, sino les vemos como parte nuestra, sin distinción entre nosotros y los demás. Este es el tipo de comprensión que debemos desarrollar. 

Los grandes seres tienen este tipo de comprensión, totalmente libre de interés propio; y libres de apego y fijación, actúan naturalmente por el bienestar de otros seres.  

Es fácil tener sentimientos sinceros y afectuosos por uno mismo, y dado que creemos que hay una brecha pequeña entre nosotros y nuestros amigos cercanos, es sencillo tener sentimientos afectuoso por ellos, pero es bastante difícil tenerlos por otros seres. 

 

La manera en que el Dharma se convierte en el camino

Así, cuando entrenamos nuestras mentes, comenzamos con el amor por nosotros mismo con el deseo de emancipación; luego en el amor por los demás; después entrenamos por etapas en la igualdad entre nosotros y los demás, intercambiándonos por los demás, pensándonos como inseparables. Esto suaviza nuestra personalidad y afloja nuestro aferramiento a la singularidad. Finalmente tenemos la capacidad de ver que nosotros y los demás somos iguales, e iguales a los buddhas y bodhisattvas.

Para los buddhas y bodhisattvas no hay distinción entre nosotros y ellos, nos convertimos en parte de ellos.  

La manera en que se enseñan la bondad amorosa y la bodhichita desde el mahayana, es de una naturaleza profunda y consumada. Decir que todos los seres sean felices, ya no es simplemente una aspiración, se convierte en una tarea a realizar. Esta es la manera en que el dharma se convierte en el camino.

 

Cómo el camino disipa la confusión

De Los cuatro Dharmas de Gampopa en resumen:

 

Meditar sobre la impermanencia disipa la confusión sobre la fijación a esta vida.

Meditar sobre las causas y el efecto kármico disipa la confusión de puntos de vista inferiores.

Meditar sobre los defectos del samsara disipa la confusión sobre del apego al samsara.

Meditar sobre la bondad amorosa y la compasión, disipa la confusión del vehículo de la fundación.

Meditar sobre los fenómenos que son como despliegues mágicos y sueños, disipa la confusión del apego a que las cosas sean reales. 

En general, lo superior disipa la confusión de lo inferior.  

 

Cuando la confusión surge como sabiduría

Por el poder de la meditación de ver que todos los fenómenos a nivel último están libres de la creación y la cesación, atraviesas todo.  Sea como surja o lo reconozcas, en tu propia naturaleza la confusión ha surgido como sabiduría, dice el texto raíz, Los cuatro Dharmas de Gampopa en resumen.     

Cuando decimos que la confusión ha surgido como sabiduría, en general se explica en conexión con el camino del mantra, aunque existe también manera de explicarlo de acuerdo con los sutras y los trantras. 

En la tradición de las paramitas, surge como sabiduría gracias a que la cognición que disipa la confusión es como un sueño o una ilusión, en esta, todo lo percibido y lo que lo percibe, nunca han estado separados.  Desde el principio cuando te das cuenta de la naturaleza no dual, que es pura por su esencia, no aparece, no tiene apariencia, que es cuando el que percibe y lo percibido han disminuido y está libre de los extremos conceptuales, es entonces cuando la confusión ha surgido como una sabiduría.

En la tradición del mantra secreto, la confusión que surge como sabiduría significa que tanto la confusión como la no confusión, están en tu mente, son inseparables de tu propia mente; son la esencia de la mente, manifestaciones de ella.

El confundido es lúcido; es libre de pensamientos; es lúcido, vacío e inidentificable; lúcido, vacío y continuo; lúcido, vacío y libre de centro o borde; conciencia desnuda y sin apoyo. Debes darte cuenta del significado en el suelo. Es la esencia mental coemergente, la esencia del dharmakaya; y las apariencias coemrergentes son la luz del dharmakaya. Los objetos externos aprendidos y todo lo que aparece o se convierte, no están separados de la esencia de la mente, deben surgir como una gran dicha no dual, igual y no elaborada.

La confusión es ignorancia y cuando la conciencia surge como sabiduría, la confusión surge como sabiduría. En el tantra toda confusión surge desde una mente no adulterada y lúcida, y las etapas de luz se incrementan y al final se disuelven todas en la mente lúcida, iluminada y se manifiestan todas.  Así que cuando hablamos de cómo la confusión surge como sabiduría, se enseña en conexión con el tantra y con el mahamudra. Finalmente, al meditar en el camino mahayana, todas las manchas y confusiones no se ven como algo a descartar, pueden surgir como sabiduría.

En los tres caminos existentes se toma la inferencia como el camino, las bendiciones como el camino y la percepción como el camino. 

En el contexto de los sutras, el significado de las cosas se reconoce gradualmente a través de la inferencia. En el tantra, se identifican de otra forma, con los canales y demás. Y en la tradición del mahamudra, se desarrolla a través de las instrucciones del guru. Estos son los métodos de cómo se nos apunta o señala la naturaleza de nuestra mente.

En cuanto a los individuos de los tres caminos están los que son instantáneos y los graduales. Los instantáneos son quienes se han entrenado y tienen huellas superficiales de los impedimentos, como las aflicciones, y huellas profundas del Dharma. Es alguien que no tiene que adiestrarse o entrenarse en esta misma vida, lo ha hecho en vidas previas, tiene unas huellas bastante fuertes y tiene una práctica muy estable.

Hay tantas cosas más relacionas a estos temas que pudiera expresar, Su Santidad dijo al finalizar este ciclo de enseñanzas de la asamblea invernal de los monjes. Pero nos dejo con muy buenas noticias para el comienzo de este año. Del 20 al 27 de enero y hasta, Su Santidad nos guiará en la recitación en linea de plegarias para acabar con la adversidad.